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Transición energética: de los combustibles fósiles a energías renovables


Link [2022-06-19 12:02:40]



En un mundo en jaque por los efectos del cambio climático, cada vez gana más peso la tendencia de reemplazar combustibles fósiles por fuentes renovables. Este cambio implicaría no solo la generación de electricidad, sino también el transporte y la calefacción. ¿Cómo se traduce esa tendencia en Argentina y cómo puede afectar a una provincia petrolera como Mendoza?

Una organización internacional que se dedica a investigar y concientizar sobre ese tema es Climate Tracker (en español, rastreador del clima). En diálogo con Los Andes, la investigadora Itzel Gómez explicó que no hay una única definición de transición energética, pero, en líneas generales, “consiste en pasar desde un sistema energético basado en combustibles fósiles hacia una matriz diversificada que combine distintas fuentes de energías renovables”.

Esta idea de transición se instaló con mayor fuerza a partir de la firma del Acuerdo de París, en un encuentro organizado por la ONU en 2015 con 196 países, incluida Argentina. “Uno de los principales objetivos es evitar que la temperatura del planeta aumente más de 1,5 °C en relación a los valores preindustriales para evitar consecuencias negativas en el planeta y en los ecosistemas de manera irreversible”, agregó Gómez.

Si bien desde Climate Tracker afirman que una transición energética “será el desafío del siglo”, aclaran que muchos autores prefieren hablar de una “transición justa” que involucre la justicia social y ambiental. No se trata solo de cambiar las fuentes de energía, sino de cuidar también cómo se hace, entendiendo que cada país requiere de una atención particular.

Sobre Argentina, el Balance Energético Nacional 2021 indica que la matriz está compuesta sobre todo por combustibles fósiles: el gas natural de pozo (52 %) y el petróleo (32 %) suman 86 % de las formas de energía primaria. Les siguen la energía nuclear (4 %) y la hidroeléctrica (3 %), y más lejos aún la energía eólica (2 %), en tanto, otras formas acumulan el 5% restante.

Vale recordar que no se cuentan las fuentes solo para generar electricidad, sino también para gas residencial, naftas, que las principales fuentes de demanda tanto en el sector industrial como residencial.

El papel de Mendoza en la transición

Una pregunta clave, al plantearse el reemplazo de petróleo por otras fuentes, es si Mendoza podría verse afectada de manera negativa. Eso porque es la cuarta provincia productora de petróleo en el país, cuenta con una refinería y el sector de hidrocarburos representa cerca del 20 % de su Producto Bruto Geográfico.

Mariano Guizzo es presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet), una entidad que recientemente inauguró su Comisión de Energía. Si bien es un empresario vinculado al sector petrolero, afirmó que “la transición energética implica un gran potencial”, y se debe avanzar pronto en una planificación ordenada porque “la matriz de Argentina nos hace pensar que este traspaso no se hará en 10 años, sino entre 50 y 60″.

El potencial para Mendoza al que se refiere el presidente de Asinmet es la cantidad de horas de sol que tiene la provincia, de buena calidad para desarrollar energía fotovoltaica, y que el relieve es propicio para la energía hidroeléctrica. A eso sumó que se han reducido los precios de los paneles solares mientras que ha aumentado su eficiencia y productividad.

Además, Guizzo recordó que la empresa australiana Fortescue Future Industries (FII) invertirá cerca de US$ 8.000 millones para producir hidrógeno verde en Argentina. Si bien el proyecto será en la Patagonia, la empresa mendocina IMPSA está involucrada en la construcción de 17 mástiles e instrumentos de medición de vientos.

Por su parte, Pablo Magistocchi, presidente de Emesa (Empresa Mendocina de Energía SA), afirmó que la transición energética es un tema de debate mundial, ya que hay una alta dependencia de los combustibles fósiles y las sociedades son cada vez más dependientes de la energía. Sin embargo, consideró que los vaivenes en las políticas públicas argentinas han creado turbulencias hasta para generar biocombustibles.

“Argentina discontinuó los únicos dos programas de energías renovables (Gen Ren y RenovAr) y un mecanismo de contractualización de energías renovables, con mayor discrecionalidad, como la RES108/2011″, ejemplificó el presidente de Emesa. La ley 27.191 (modificatoria de la 26.190) de servir el 20% de la electricidad con fuentes renovables al 2025, es para Magistocchi un gran avance, pero “debemos entender que es sólo el principio”.

La ayuda del petróleo

Como se explicaba, la idea de la transición energética no implica cerrar de golpe los yacimientos petroleros, sino hacer un camino hasta poder priorizar las energías renovables. Incluso, tanto Magistocchi como Guizzo coincidieron en que los ingresos que pueda generar Argentina por zonas como Vaca Muerta ayudarán a invertir en energías renovables.

“La matriz productiva argentina depende del combustible y del gas. Necesitamos energías limpias, pero no podemos ser extremistas y mañana mismo dejar de usar una energía, porque frenás al país y no tenés soberanía energética”, analizó Guizzo. En ese sentido, ejemplificó que, si se pasa a utilizar autos eléctricos, también implicaría un mayor consumo que debe planificarse con tiempo.

El presidente de Asinmet recordó además que el país tiene reservas de hidrocarburos para explotar y exportar, así como Mendoza podría aprovechar esos recursos bajo el suelo para hacer una transición a energías limpias. “Tenemos que ir a fondo con estos cambios, sí, pero entendiendo que tampoco podemos descuidar la matriz energética hoy. Tiene que ser una planificación y debemos retomar inversiones en proyectos hidroeléctricos”, reiteró Guizzo.

Info, Infografía, Producción de Petróleo en Mendoza

Para Magistocchi, de aquí a 2050 sería necesario invertir US$ 6.200 millones para cubrir el 30 % de las necesidades eléctricas. Para financiar la transición, su idea es derivar la renta petrolera a los fondos que buscan la electrificación limpia: “¿Cómo financiar la transición energética? Utilizando los recursos que están en el subsuelo de la Provincia y reinvirtiéndolos en su reemplazo, pasar de Kilo toneladas equivalentes de Petróleo (KTOE) a Giga Vatios hora Limpios (GWhL)”.

Justamente, Emesa administra dos fideicomisos específicos: uno para obras de infraestructura eléctrica, llamado Fondo para la transición energética (ley Provincial 8986) y un fideicomiso Hidroeléctrico (ley Provincial 9011). Eso ha permitido concretar una serie de proyectos, como 7 pequeños aprovechamientos hidroeléctricos que operan en canales matrices de riego. Queda mucho por recorrer en esa transición, pero Mendoza ya está en camino.



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