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Franco, el joven futbolista que perdió sus piernas, se recupera en el hospital y agradece seguir vivo


Link [2022-04-26 09:21:24]



“Estoy vivo”. Franco Ariel Lizardo abrió los ojos en el Hospital Italiano tres días después de que la tragedia se colara en su vida. Ya no tenía sus dos piernas, que fueron amputadas por una máquina de moler uva, pero igual volvió a agradecer. “Estoy vivo”, repitió el pasado 11 de abril y sus palabras sorprendieron a todos.

El viernes 8 era un día de trabajo como cualquier otro en la antigua bodega Viniterra, ubicada en Lateral Este del Acceso Sur, a la altura del kilómetro 17 en el municipio de Luján de Cuyo.

A las 15.32, Franco, que tiene 29 años y vive en Barrancas (Maipú) se subió a la moledora, apoyó la pierna izquierda y la máquina se activó imprevistamente. Para poder liberarse, apoyó la derecha y el sistema volvió a activarse.

Ironías del destino: Franco es amante del fútbol, jugador de la Primera en el Atlético Barrancas y entrenador de los equipos de menores. “Sentí cómo mis huesos se rompían”, se limitó a confesar a Los Andes, mientras se recupera en el Hospital Italiano en compañía de sus familiares.

Franco Lizardo junto a sus padres en el hospital Italiano.

El resto de la historia, su gran fortaleza y la unión de la familia, la cuenta Diego, uno de sus hermanos, que en todos estos días descansa solo de a ratos para acompañar a Franco en medio de este doloroso proceso.

Hijo de Rubén, chofer de la línea 5 de micros General Roca y de Graciela, ama de casa, nació el 18 de marzo de 1993 y tiene, además, otro hermano, Gastón. Todos ellos son sus pilares, quienes lo contienen y ayudan a enfrentar la vida diferente que deberá afrontar de aquí en más.

Ellos y, por supuesto, toda la comunidad de Barrancas, donde Franco es conocido por ser un activo referente y mejor persona.

Gracias a Marcelo, su compañero de trabajo que pudo frenar el mecanismo de la moledora, el daño no fue aún mayor. Luego del accidente donde perdió muchísima sangre, fue trasladado de urgencia al Hospital Central dónde a minutos de ingresar fue sometido a una cirugía donde se le amputaron las dos piernas.

“Fue un momento de tanta confusión y sufrimiento familiar, que es imposible ponerlo en palabras. Estábamos los cuatro afuera de la sala llorando, pidiéndole a Dios que se recuperara”, evoca Diego, para agregar: “Fueron --y son—días muy largos, parecen meses. Estamos firmes junto a amigos entrañables que nos dan fuerza y energía para continuar”, reflexiona.

Solidario, amante del fútbol y muy familiero, Franco sufre algunas recaídas y dolores “fantasma” en sus piernas (debieron amputarle de las rodillas hacia abajo), aunque su hermano destacó su empuje y coraje sin límites. “Su recuperación es favorable y es todo un ejemplo de superación. Sin embargo, como familia atravesamos una situación muy delicada, nuestra casa es de adobe y debemos refaccionarla completamente para cuando reciba el alta”, relató Diego.

Franco deberá desplazarse en silla de ruedas y la vivienda carece de las condiciones mínimas para una persona con discapacidad.

“Necesitamos adaptar el baño, los marcos de las puertas, colocar cerámica, pintar. Por eso pedimos materiales para iniciar la obra. El dinero que hoy disponemos lo estamos invirtiendo en movilidad y otros gastos que conlleva la situación de mi hermano”, amplió.

El accidente llegó a oídos de toda la Argentina y también se viralizó en otros países vecinos. Muchísima gente se acercó a ofrecer ayuda, aunque en este momento nada alcanza desde el punto de vista económico.

“La historia se viralizó y fue increíble la solidaridad de la gente. Cande Copa, una mendocina que sufrió una situación similar con sus piernas, habló con él y le dijo que existen las segundas oportunidades. Muchos colaboraron en Mercado Pago. Estamos agradecidos”, añadió Diego. Tras agradecer infinitamente a médicos, enfermeros y personal en general de los hospitales Central e Italiano, además de la mucha gente que se solidarizó, siguió pidiendo ayuda. “Sigan rezando por él y colaborando con lo que esté al alcance”, sostuvo, y dejó su contacto.

“Ayudemos a Franco”

Cecilio Zambrano, mendocino, maestro rural, muy conocido en Maipú, compañero de habitación de Franco, hace unos días, en el cuarto de hospital, dio su testimonio a este medio.

“Por esas cosas de la vida, el miércoles 20, luego de operarme de una hernia inguinal me tocó compartir la habitación 306 en el Hospital Italiano con Franco Lizardo a quien le amputaron las dos piernas por un accidente trabajando en una bodega”, relató.Y sostuvo: “Festejamos la Vendimia, Vendimia para Todos, Vendimia Solidaria…. Esto también hay que hacerlo público, es parte de esas historias de vendimia que no salen en el escenario del Frank Romero Day”.

Colaborar con la familia de Franco, según Zambrano, debería ser casi una obligación de la intendencia de Maipú, gobierno provincial, bodegas y mendocinos en general, sobre todo los amantes del vino. Y enfatizó:”sin la preocupación y colaboración con esta familia, Vendimia y todos sus festejos serían espectáculos sin corazón, turismo sin sensibilidad y el Malbec comenzaría a tener sabor a mentira”.

Cómo ayudar

El celular deDiego Lizardo, hermano de Franco, al que pueden contactarse las personas interesadas en colaborar, es el 2613662851 / CBU: 0000003100044411800655.



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