CIUDAD DE MÉXICO.
En septiembre de 2019 Volkswagen trajo a México una apuesta fuerte, la cual era ya parte de un importante cambio de su estrategia que, en el corto plazo, sustituiría prácticamente por completo la oferta que en aquel momento tenía la marca alemana en nuestro territorio, la T-Cross; la aparición de esta camioneta parecía únicamente el arribo de un nuevo vehículo, sin embargo, ese movimiento fue el principio de una nueva era, una llena de camionetas.
Aquella T-Cross, hecha en Brasil era más grande que la europea, privilegiaba el confort y la seguridad, y estaba montada sobre la plataforma más moderna del Grupo VW, la misma que utilizaban vehículos como el Polo.
De entonces a la fecha han pasado muchas cosas. El portafolio de productos de VW ya no es el mismo y junto a la T-Cross hoy podemos encontrar todo un arsenal de SUV, que van desde la pequeña Nivus hasta la todopoderosa Teramont Cross Sport.
Y es en medio de esta nueva cara que llega a nuestro mercado la actualización de la T-Cross, la cual, además de darse una manita de gato en cuestiones estéticas, también incorpora, por fin, el motor de 1.0 litros turbocargado, el mismito que encontraremos bajo el cofre de la Nivus y que hoy por hoy se constituye como una de las ofertas más modernas y eficientes del Grupo Volkswagen.
Junto al nuevo motor también ha llegado una nueva propuesta de infoentretenimiento, la cual incluye una interfaz que se sirve de una enorme pantalla táctil de 10 pulgadas para ofrecer un ambiente totalmente enfocado en la interacción digital con el conductor y el copiloto.
Al interior ese es el cambio más significativo y evidente a simple vista y conforme vamos recorriendo más kilómetros a bordo de la nueva T-Cross también será algo que agradeceremos, pues nos hace el viaje más agradable, ya que además de nuestra playlist, este nuevo sistema de infoentretenimiento nos permite vincular la navegación desde nuestro teléfono móvil así como otras aplicaciones, las cuales son cada vez más útiles para llevar nuestra vida al auto.
CORAZÓN VALIENTE
Aunque los faros, su enorme pantalla, el color de los asientos y otros cambios de este estilo le vinieron bastante bien y se agradecen, dándole un estilo más moderno, debemos reconocer que es el comportamiento que le brinda el nuevo motor lo que realmente nos sacudió, cambiando por completo nuestra percepción de este producto; toda vez que, el motor de 1.0 litros turbocargado de tres cilindros altera por completo la personalidad, no únicamente por el poder extra que supone tener esta sobrealimentación, sino también por la forma en la que nos entrega sus 114 caballos de fuerza.
Mientras enfrentábamos las curvas más cerradas de la autopista México-Cuernavaca, las cuales nos llevaron directamente al poblado de Topilejo, mientras atacábamos con decisión el pedal del acelerador, por momentos nos llegamos a olvidar que íbamos a bordo de una pequeña SUV, pues prácticamente al recargar el pie en el acelerador, cuando la aguja del cuentarrevoluciones tocaba las 1,800 rpm, sentimos un empuje inusual en un vehículo tan pequeño.
La T-Cross ni pretende ni está cerca de ser un deportivo, pero la agilidad con la que se mueve, gracias a las 131 libras-pie con las que empuja brinda sensaciones de manejo muy agradables, que se complementan con el aplomo con el que se planta en la carretera, donde sobre todo a la hora de salir de las curvas nos hace sentir muy cómodos.
La actual T-Cross se hace en India y tanto su calidad de manufactura como su marcha nos parecieron dignos embajadores de ese país.
La responsable de administrar la potencia de este motor es una transmisión Tiptronic de seis velocidades, una que saca a relucir las virtudes de la máquina y que incluso la ayuda a gestionar buenos consumos de combustible, que si bien no fueron los 20.5 que promete la ficha técnica en carretera, sí nos parecieron unos muy adecuados para un vehículo de 1,269 kilogramos de peso y poco más de 4.2 metros de largo.
Las asistencias electrónicas nos parecieron las adecuadas para una camioneta con las pretensiones de la T-Cross y, junto con su rigidez estructural, resulta un equipamiento clave para un vehículo que se jacta de ser representante de una marca alemana. Para una camioneta así, el control electrónico de estabilidad (ESC), el bloqueo electrónico del diferencial deportivo (XDS) y el control de tracción (ASR) ya nos parecen el mínimo indispensable.
Por el momento, el motor turbocargado es el único disponible en el portafolio de productos de la firma en México y nos parece que uno aspirado naturalmente estaría de más, sobre todo después de probar cómo se mueve este motor, sin embargo, la marca aseguró que en un futuro próximo, se estaría considerando una versión que ofrezca el mismo motor de la versión que está saliendo del mercado, obviamente más accesible.
A punto de enfrentar uno de los segmentos más competidos que actualmente hay en México, la T-Cross parece estar lista para convertirse en uno de los mejores productos, divertido, bien hecho y muy versátil, con el espacio suficiente para cargar con todo lo que se te antoje.
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