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Sequía


Link [2022-06-19 13:55:13]



 

Escribo la presente colaboración, mientras que el maravilloso compás que provoca el sonido de la lluvia, que incesante, nos recuerda la gran importancia de la ecología y el respeto que debemos tener por nuestros recursos naturales.

Venturosamente llueve, y llueve sin cesar en la Ciudad de México, aunque tristemente la sequía en muchas regiones del país, en estos días, como es el caso de Monterrey, es por demás preocupante.

Recientemente la fiesta brava ha sido objeto de ataques sin cesar de grupos que se dicen ecologistas, políticos que en su desmedida ambición por votos o simpatía se declaran antitaurinos, por cierto, muchos de ellos han tenido que borrar de sus redes sociales fotografías en sus muy felices días de pesca o cacería, incluso acudiendo a festejos taurinos. Gran parte del deterioro ecológico se provoca en las grandes ciudades, en el mundo urbano, en el que felizmente sus habitantes se despachan una buena cena con cortes de carne o hamburguesas que contienen carne de res. Quizá piensen que el origen de dichos productos se genera por arte de magia y no con el sacrificio de una res.

La fiesta brava y sus más de 250 ganaderías en México que crían al toro bravo, generan un perfecto sistema ecológico, pues las vacadas requieren de una gran dimensión de terreno para poder brindar las condiciones perfectas a las reses para su concepción y desarrollo, extensiones inmensas que se han significado como santuarios de muchas especies en extinción, captación de agua para los mantos freáticos, y muchas bondades ecológicas más, pues, reitero, son las ganaderías de bravo, verdaderos oasis en un mundo cuya urbanización, cada vez más, deteriora al medio ambiente.

Resulta pues, que la muy atacada tauromaquia es mucho más ecologista que todos esos que, a sueldo, se dedican a golpearla o de aquellos políticos que, conocedores de que es un espectáculo, a pesar de que tiene millones de seguidores, al fin una minoría en el grueso de la población, llevan agua a su molino con sus constantes ataques y acciones.

Más allá de convocarlos a que acudan a una corrida de toros, un espectáculo único, lleno de dramatismo, riesgo, pero, sobre todo, belleza y arte, ojalá puedan acudir a presenciar alguna ganadería para que se percaten del amor con el que cuidan y se cría al ganado bravo, así como se den cuenta de las inmensas extensiones de terreno que se dedican, calladamente, a cuidar la ecología.

 

¡Qué viva la fiesta brava!

 

Columnista: Pablo CarrilloImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0

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