Muristek
Resulta interesante que, después de 25 años de cumbres de las Américas, México pretenda modificar el origen y el curso que ha seguido el instrumento de cooperación regional. Fue en Miami en 1994, a propuesta de Bill Clinton, reunir a los jefes de Estado y de Gobierno del hemisferio, a efecto de crear un mecanismo denominado Cumbre de las Américas con la idea de forjar una visión compartida en cuestiones de economía, comercio, política, sociedad y cultura.
Desde el comienzo, Cuba fue excluida por la condición de espacio ajeno a la democracia, causa o pretexto del bloqueo económico y comercial de Estados Unidos y ningún país de la región se atrevió a exigir y menos a condicionar su asistencia a cambio de la inclusión de la isla de Fidel Castro Ruz.
Tampoco fue segregada la OEA, que participó en la preparación de la segunda Cumbre de las Américas en Santiago de Chile en 1998.
Desde el lado mexicano, los presidentes Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto acudieron siempre, y sus objetivos fueron de carácter comercial (libre comercio); inversión económica extranjera, exportaciones mexicanas, flujos migratorios clandestinos, seguridad, narcotráfico y tráfico de armas.
Ahora, la agenda nacional prioriza el espíritu bolivariano y pone por delante el derecho de todos los países a ser incluidos, sin deparar en su evidente deficiencia democrática.
La tercera Cumbre de las Américas tuvo lugar en la ciudad de Quebec, Canadá, en 2001, Vicente Fox asistió y exhibió su estrecha relación con el presidente estadunidense George W. Bush.
En 2004, fue la Cumbre Extraordinaria de las Américas, en Monterrey, desvirtuada por la famosa y escandalosa frase: “Comes y te vas”, Castro llegó a Monterrey, pronunció su discurso, comió y se fue.
En 2005 se llevó a cabo la cuarta Cumbre de las Américas en Mar del Plata, Argentina.
La quinta Cumbre de las Américas fue celebrada en Trinidad y Tobago, en 2009.
La sexta Cumbre se celebró en Cartagena de Indias, Colombia, en 2012, se encontraron Felipe Calderón, de México, Barack Obama, de Estados Unidos, y Stephen Harper, de Canadá.
La séptima Cumbre de las Américas se celebró en la Ciudad de Panamá, en 2015; ésta fue considerada la Cumbre de la Reconciliación, coincidieron Barack Obama y Raúl Castro, la reunión de un presidente de Estados Unidos y uno de Cuba, después de cinco décadas (des- de 1961).
Perú fue sede en 2018, Enrique Peña Nieto manifestó su preocupación por el deterioro de la democracia en Venezuela.
Los Ángeles, después de la pandemia y de Trump, fue la sede de la edición 2022 y no asistió el Presidente mexicano en protesta por la exclusión de los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua; no obstante, acudió el canciller Marcelo Ebrard, quien llevó la propuesta de regenerar a la OEA a causa de considerarla agotada.En consecuencia, cabe eso sí hacer inferencias a los contextos de 1994 y de 2022, inevitablemente también a los liderazgos diferentes del presidente demócrata Clinton y del presidente demócrata Biden.
El tiempo revelará si fue audaz o no la disrupción mexicana.
Columnista: Francisco Javier AcuñaImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0