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No cualquier árbol o palma es para la selva de asfalto


Link [2022-04-26 12:34:30]



Si los esfuerzos globales y nacionales en verdad se centran en lograr un mundo más habitable y menos deteriorado, debe comenzarse por rediseñar las ciudades, porque éstas se encuentran entre las principales causas del cambio climático. La buena noticia es que también pueden formar parte de la solución para mitigar los nocivos efectos de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Más del 50% de la población mundial (4 mil 200 millones de personas) vive en ciudades y para 2050 será del 70 por ciento. 

Por ello, hay que echar mano de la planificación urbana con enfoque en la inestabilidad del clima y centrar la atención en la importancia de incluir infraestructura verde por doquier, porque son múltiples los beneficios que brinda gracias a los árboles urbanos en aceras, camellones, jardineras, glorietas, parques, desarrollos habitacionales y multifuncionales, entre otros espacios que conforman una metrópoli. 

 Pero debe quedar muy claro que, primero, los árboles urbanos deben ser de especies específicas y no plantar cualquiera; segundo, no son un mero elemento estético —es una de sus funciones, pero no la más importante—, porque conforman un gran conjunto de beneficios directos e indirectos para mejorar la calidad de vida de los citadinos. 

Muchas personas suelen verlos como un problema, porque cuando caen las hojas forman “mucha basura” o estorban o dañan cimientos o las raíces levantan y rompen las banquetas.  

En este último caso, se debe a la mala planeación y a la plantación de especies no adecuadas, como el árbol de caucho (Ficus elástica) o flamboyán (Delonix regia), por ejemplo.  

Para una metrópoli como la Ciudad de México, los árboles más óptimos, de acuerdo con Ivonne Olalde Omaña, encargada del Programa de Propagación de Plantas Nativas para Uso 

 Urbano, del Jardín Botánico de la UNAM, son especies nativas como tejocote, capulín, tepozanes, pinos, encinos, madroños, bursera y tecoma o tronadora, que es un árbol que da una flor muy parecida a la jacaranda, pero de color amarillo. 

Aunque zonas emblemáticas, como Paseo de la Reforma, se ven hermosamente pintadas de color morado en la primavera, la jacaranda es una especie exótica y no nativa —proviene, principalmente, de Brasil—, pero “las abejas no polinizan la jacaranda... en cambio, cerca de la tecoma siempre hay abejorros, abejas, colibríes, lo que es muy importante”, explicó la especialista en un comunicado de la UNAM.  

Hay que recordar que los polinizadores juegan un papel importantísimo, pues todas las plantas, sean silvestres o cultivadas, requieren de los polinizadores naturales para reproducirse. 

Así, la naturaleza es aliada clave para recuperar el equilibrio y los árboles urbanos contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas. 

 Las ciudades necesitan árboles saludables para la infraestructura verde, pero requieren recursos —públicos como privados— para su conservación, porque también se enferman y pueden ser más susceptibles a plagas si no se les da la atención adecuada. Los fuertes vientos, lluvias y granizo son factores que los lesionan. 

 Además, están los daños causados por la falta de conocimientos, sea por pésimas podas y o desrames realizados sin herramientas ni técnicas adecuadas. Esos perjuicios ponen en riesgo la salud y vida de los árboles urbanos, pero, además, pueden convertirse en un riesgo para las personas, el transporte, las construcciones y demás infraestructura. 

Para evitarlo están los especialistas, que son los arboristas, quienes se ocupan de su atención, cuidado y conservación. 

Quizá, en el caso de la icónica palma de la Glorieta de la Palma, en Paseo de la Reforma, faltó mayor atención de los arboristas del gobierno central —de éste y los pasados—, se le dejó morir y tuvo que desmontarse el pasado domingo.  

Unas seis mil palmas requieren terapia “intensiva” para salvarse, de acuerdo con la propia Secretaría del Medio Ambiente (Sedema), ubicadas en las alcaldías Benito Juárez, Coyoacán, Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo, a las cuales se aplicará endoterapia, pero podrían morir (Excélsior, 14-03-2022). 

 De ahí la importancia de tomar en cuenta qué tipos de especies de árboles son los más adecuados para una ciudad como ésta y contar con los cuidados requeridos, porque es urgente tener más zonas arboladas. 

La evidencia científica señala que entre los beneficios de los árboles urbanos destacan la capacidad para reducir los gases de efecto invernadero a través del almacenamiento de carbono, disminuyen la escorrentía de aguas pluviales a través de la intercepción y absorción de agua de lluvia y mitigan el efecto de isla de calor, gracias a la reducción de la temperatura de la superficie y del aire local. 

Entonces, en la época de muchísimo calor es cuando más se busca la sombra que brindan los árboles urbanos, aliados perfectos, y debe ser responsabilidad de todos. 

Columnista: Lorena RiveraImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0

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