Muristek
Las reformas del Presidente cancelan fuentes de empleo y atentan contra el futuro del país.
En el mundo se impulsa el uso de la generación de energías que no afecten el medio ambiente porque los efectos del cambio climático ya los estamos padeciendo todos; sin embargo, al presidente López no le importa ello e impulsa la reforma eléctrica que castigaba a empresas que generaban electricidad sin contaminar.
México invirtió décadas para lograr los acuerdos necesarios para reformar la Ley Suprema, que es la Constitución, para establecer garantías constitucionales para impulsar la creación de empresas nacionales y extranjeras que invirtieran en el país generando empleos y promoviendo el desarrollo tecnológico nacional.
Tan sólo nuestro principal socio comercial está realizando fuertes inversiones, por ejemplo, para renovar el parque vehicular de uso de hidrocarburos por sistemas eléctricos, en cambio, el Presidente planteó la construcción de una nueva refinería como una de sus grandes obras públicas, a pesar de que las refinerías existentes serán obsoletas.
No obstante ello, el presidente López compró con el dinero del presupuesto público otra refinería en Texas, EU, la cual también será obsoleta en unas décadas, precisamente por el incremento de autos eléctricos. Es decir, será un fracaso más, en el cual no han intervenido ninguno de sus fantasmas que lo atormentan y cree que lo siguen: sus conservadores y su mafia en el poder (ellos mismos).
Felicitamos a los legisladores que se opusieron a eliminar fuentes de empleo y a que se atentara contra el futuro del país, a pesar de que se utilizaron todas las viejas y nuevas chicanas, tales como citar a los legisladores el martes 12 de abril —cuando “el pueblo del país” se encontraba por salir a descansar con motivo de la Semana Santa— y se cambió la cita de la sesión de la Cámara de Diputados para el domingo 17 de abril, cuando las principales carreteras de los centros turísticos estaban completamente llenas por los mexicanos que salieron a tomar unos días de descanso, es decir, quería aplicarles el “domingazo”.
Todos padecemos las elevadas temperaturas, la falta de agua en muchas partes del país, incluso sequía de diversas presas importantes de México, entre muchos otros efectos del cambio climático. Esta situación irá empeorando conforme pase el tiempo si el presidente López sigue impulsando reformas y acciones de gobierno, como la tala inmoderada de árboles de nuestras selvas con motivo del Tren Maya.
La construcción del Tren Maya está causando un verdadero ecocidio en el sureste de nuestro país que, al igual que con la remodelación del aeropuerto supuestamente internacional (AIFA), se iniciaron las obras sin tener los permisos de impacto ambiental. En la construcción del Tren Maya tampoco se tienen dichos permisos, pero ya nos dijo que no le vayamos con “el cuento de que la ley es la ley”.
El proyecto del Tren Maya se ha modificado diversas veces generando un gran incremento en el presupuesto original, además de retrasos en la entrega de la obra, pero, sobre todo, ha ocasionado un ecocidio que tendrá un impacto ambiental del cual no se ha informado.
Es inconcebible que se pretenda acusar a los legisladores que ejercen sus facultades constitucionales como traidores a la patria, cuando los verdaderos traidores son quienes son los responsables de la crisis económica, los proyectos de obra pública fracasados, los daños al medio ambiente, las deficiencias graves en el manejo de la pandemia que han ocasionado más de 300 mil muertes en México, los litigios sumamente costosos con los consorcios internacionales que se generarán por las irresponsables acciones de gobierno en materia energética y muchos otros casos en que la realidad se irá imponiendo, porque nos enseñarán que la ley es la ley.
Columnista: Armando Salinas TorreImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0