Muristek
Qué ironía que, apenas el pasado 5 de junio, previo al proceso electoral que se llevó a cabo en los estados de Tamaulipas, Durango, Aguascalientes, Oaxaca, Quintana Roo e Hidalgo, la jefa de Gobierno de la Ciudad, Claudia Sheinbaum pidió encarecidamente que se respetara el proceso electoral y se respetaran las normas electorales. Y, digo, qué ironía, porque tan sólo unos días después de esas declaraciones, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó, entre otras cosas, que durante el proceso de revocación de mandato, la jefa de Gobierno violó, no una ni dos ni tres veces, sino ¡dieciséis veces!, la Constitución y la norma electoral.
Claudia Sheinbaum tuvo conductas reiteradas entre las que destacan la promoción personalizada, el uso de recursos públicos y la vulneración al principio de imparcialidad en el proceso.
En la sesión pública, los magistrados integrantes de la Sala Superior confirmaron que no había lugar a duda sobre estos actos infractores de los responsables, y cómo podría haber duda si fueron 16 los promocionales gubernamentales en donde se utilizaron recursos públicos para difundir la imagen y logros del Presidente de la República, incluso para hacer promoción personalizada de la imagen de la jefa de Gobierno, un verdadero abuso, y un verdadero exceso.Pero, ésta no es una conducta nueva en la jefa de Gobierno. Durante la rendición de su segundo informe de labores, fue la propia Sala Superior la que confirmó que había violado la norma electoral. En aquel entonces transcurrían las elecciones en el Estado de México y en Hidalgo, y fue tanta su ambición por posicionar su imagen, que pese a que la norma electoral le prohíbe difundirla en las entidades donde se llevan a cabo procesos electorales, decidió que era necesario transmitir 12 promocionales por radio y televisión en esos estados, incluso, atreviéndose a ignorar las medidas cautelares que le había dictado el Instituto Nacional Electoral.
Las conductas dolosas e ilegales no paran ahí, en el proceso de la consulta popular sobre los expresidentes, el INE detectó que “curiosamente” son empresas de publicidad ligadas al Gobierno de la Ciudad de México las que, “caritativamente”, donaron decenas de espacios para promover la consulta. Qué casualidad que ahora que el instituto está realizando las investigaciones para sancionar a los infractores, estas empresas prefieren ser multadas que revelar por quién o quiénes fueron contratadas.
¡Vaya cinismo!, con qué calidad moral se atreve a pronunciarse sobre la legalidad en las elecciones, cuando desde su cargo como jefa de Gobierno de la Ciudad de México ha violado una y otra vez la norma electoral.Quizás sea un juego o una burla para la mandataria, quizás las sanciones no han sido lo suficientemente severas, pero es claro que eso está a punto de terminar. En la sesión pública de la Sala Superior del pasado 8 de junio, los magistrados discutieron que se debe normar el modo honesto de vivir de los servidores públicos, es decir, bajo qué escenarios se cuenta con dicha condición y bajo cuáles no, y fue justo lo relativo a las faltas reiteradas a la Constitución en materia electoral donde la mayoría coincidió en que se debe legislar al respecto para que en casos como éste, en donde se viola la ley de manera reiterada, los aspirantes puedan, incluso, perder su derecho a ser candidatos.
Columnista: Federico DöringImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0