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La quinta ola


Link [2022-06-18 15:58:20]



Durante la última semana se ha registrado un ascenso evidente en el número de contagios por covid-19, que ya rebasó los 30 mil casos en tan sólo siete días. El nuevo repunte o quinta ola en realidad inició aproximada­mente desde la semana epidemiológica 18, que corresponde a la primera semana del mes de mayo. Para mediados de mayo 26 entidades federativas cerraban la semana 19 con un franco incremento de casos confirmados. Los repuntes resaltan en Sinaloa, Yucatán, Veracruz, Baja California Sur, Ciudad de México, Quintana Roo y Nayarit. Y, de acuerdo con datos de las propias autoridades de salud, los menores de edad son el grupo de edad con más hospitalizaciones (20 por ciento). Los adultos mayores ocupan el primer lugar con 43 por ciento de los casos.

Muchas personas, y desde luego también los responsables del manejo de la pandemia, nos han dicho que la inmunidad comunitaria ya es suficiente. Nada más falso que eso. Aún hay 40 millones de personas sin dosis apli­cadas de vacunas, entre ellas los más de 15 millones de niñas y niños entre 5 y 11 años de edad. Puede ser que no se trate de un repunte grave, pero si algo hemos aprendido en estos 2 años y medio debería ser no subestimar que las personas vacunadas han presentado síntomas más leves, sin que eso quiera decir que es una gripe. Hay casos de covid-19 persistente y evitar con­tagios no sólo los previene, sino también se pueden evitar más defunciones, del ya de por sí exceso de mortalidad que ha sufrido nuestro país.

Usar el cubrebocas y la higiene de manos son dos formas de prevenir los contagios. He notado que ya existe un har­tazgo social y la gente acude a lugares abiertos con la certeza de que ya no es necesario protegerse. Pero no olvidemos que el virus se transmite por las vías aéreas respiratorias (nariz y boca) y que por empatía con los menores de edad y los adul­tos mayores de las familias deberíamos seguir cuidándonos.

Hay evidencia clara de que estamos nuevamente en alto riesgo de contagio y que no se están haciendo suficientes pruebas para poder identificar el potencial de riesgo.

Muy seguramente no se volverá a colapsar el sistema de salud, pero de nuevo existe el riesgo de que el número de muertes acumuladas se amplíe y también nos enfrentemos a un rezago en otras amenazas para la salud pública. La pandemia por covid-19 ha sido una tragedia social y comu­nitaria. Tuvo múltiples efectos colaterales para los mexica­nos: orfandad, muerte y rezago en la atención médica. Un factor muy importante fue la reconversión de hospitales, que al atender exclusivamente a pacientes graves de covid-19, se provocó un rezago en la atención médi­ca de pacientes crónicos a quienes impactó en su calidad de vida y a otros se las arrancó. No es una cuestión menor. Un paciente des­compensado presenta resistencia a algunos tratamientos.

Otro problema de tipo social que ha resul­tado una tragedia, es la orfandad que arrojó cifras dramáticas con la pandemia. De acuer­do con los datos al 5 de abril que, generosa­mente me compartió el doctor Andreu Comas García, son 318,900 huérfanos primarios y se­cundarios en México. Es decir, que perdieron a su principal tutor o a ambos. Las niñas, niños y adolescentes han pa­decido consecuencias en distintas áreas de su vida: social, escolar, de salud, por la pandemia. También han sufrido la pérdida de cuidadores, de padres o madres a causa del virus. La orfandad provoca efectos negativos en cuanto a respal­do financiero, cuidados y afecto, guía y atención. De por sí, desde 2019, ya se tenían contabilizados de manera oficial a aproximadamente 30 mil niños y adolescentes en espera de una familia. La pandemia elevó de manera muy dramática la cifra de huérfanos.

La empatía social debe imperar con este nuevo repunte. Necesitamos transmitir mensajes simples y contundentes de que la transmisión del virus aún persiste.

Columnista: Carolina Gómez VinalesImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0

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