Muristek
Después del fracaso al no poder tomar Kiev y acumular bajas importantes en el norte de Ucrania por casi un mes, la parte invasora decidió replegarse y reorganizar su estrategia militar en el país vecino. Sinceramente, no le quedaba de otra.
Oficialmente, el Ministerio de Defensa de Rusia declaró el pasado 19 de abril el inicio de la segunda fase de su operación especial para “liberar” al Donbás de los nazis ucranianos y defender a los rusos que viven en el oriente del país.
Ante esta declaración, es importante aclarar que Rusia nunca contempló una segunda fase u ofensiva secundaria en territorio vecino. La realidad es que el Kremlin siempre sostuvo que su operación militar no duraría tanto, pero ante los pobres resultados obtenidos a las afueras de Kiev y en el norte del país, se tuvo que tomar la decisión de reagruparse, buscar una zona donde no fuera tan difícil suministrar armas o no sufrir constantemente de problemas de logística militar.
Y aunque la reagrupación lleva semanas y se presume nueva sangre en la delantera rusa con el general Aleksandr Dvórnikov, El Carnicero de Siria, al mando de la segunda fase militar rusa en el oriente ucraniano, no hay información fidedigna que todavía exista, como tal, una arrasante delantera o una ofensiva que provoque miedo en las filas militares ucranianas.
La nueva fase que se tiene hasta el momento en el noreste, este y sureste ucraniano es prácticamente bombardeos constantes con misiles guiados, artillería pesada y bombardeo con aviones militares rusos. Se trata de provocar miedo entre la población y complicar la defensa que se prevé en toda la zona.
El despliegue militar de tropas y artillería continúan llegando poco a poco al Donbás y a las distintas zonas donde se planea realizar toda esta nueva ofensiva. Por su parte, las tropas que ya se encontraban desde el 24 de febrero en el oriente ucraniano no han parado con sus operaciones militares normales, las cuales han avanzado poco a poco, pero casi sin ninguna victoria apabullante. La única que se puede considerar como un éxito es la ciudad de Mariúpol, en el mar de Azov, donde los ucranianos sólo tienen como última defensa la fábrica siderúrgica Azovstal. El control de la ciudad es totalmente ruso.
Según estimaciones de funcionarios de inteligencia estadunidense, por el momento hay 82 batallones rusos en el este de Ucrania. Cuatro batallones arribaron en las últimas 72 horas y 22 más se están reforzando o reagrupando en Bielorrusia y distintas zonas de Rusia. Cada batallón cuenta con un rango de 700 a 1200 soldados.
Al igual, se estima que batallones ubicados en el Donbás estarían siendo reabastecidos por mercenarios provenientes de Siria o Libia, los cuales han sido reclutados por el grupo ruso Wagner o las mismas autoridades del Ministerio de Defensa de Rusia. Se habla de, aproximadamente, diez a 20 mil mercenarios.
Como usted puede apreciar, se está preparando una segunda fase importante en el oriente ucraniano, pero lo más importante no sólo es el número de tropas o batallones que puedan ser desplegados, sino qué tan efectiva pueda resultar ser la logística en el campo de batalla y el suministro de armamento a través de las próximas semanas. La logística será una de las claves esenciales para seguir avanzando en el oriente.
Faltan tres semanas para el 9 de mayo, Día de la Victoria, y Rusia no tiene avances significativos. ¿Qué se podrá presumir en la Plaza Roja?
Tal vez, sus más de 20 mil soldados muertos en Ucrania. No más.
Columnista: Ricardo Ortiz EsquivelImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0