Muristek
La ciudadanía y nuestra ciudad están polarizadas. El pésimo enfoque en el uso de las políticas públicas y la radicalización que ha alcanzado máximos históricos gracias a Claudia Sheinbaum, ha llevado a que los capitalinos estemos cansados.
Pienso en dos distintas fotos de la Ciudad de México y me queda claro que es momento de comenzar los trazos del futuro que queremos para ella.
El uso faccioso de las instituciones y el condicionar los programas sociales a un nombre particular –¿alguien pensó en la tarjeta Claudia?– o sujeto al apoyo a un partido en particular –¿otros más pensaron en Morena?– como mecanismo de continuidad y abuso del poder son artimañas que deben llegar a su fin.
Por un lado, programas sociales universales que no lleven nombre ni apellido, mucho menos una foto de sonrisa falsa.
En el Congreso de la Ciudad de México, el diputado Christian Von Roehrich presentó una iniciativa de reforma constitucional para garantizar que todos los niños y niñas inscritos en planteles de educación pública básica cuenten con una beca; además de establecer en nuestra propia Constitución las escuelas de tiempo completo como un derecho de los padres de familia para apoyarlos en su trabajo y vida diaria.
De aprobarse la iniciativa en sus términos, es un excepcional ejemplo de programas sociales alejados de una figura personal, al tiempo que se sancionará el uso con fines electorales, porque no hay cabida para el lucro personal con el dinero público, y se destituirá de forma inmediata a quienes hagan promoción personalizada.
Blindar estos programas es más relevante que nunca, no sólo para garantizar su continuidad, sino también para hacerlo con su uso adecuado. Ya veremos si Morena comparte esta visión de políticas públicas.
Por otro lado, veo una intención de ataque a todo lo que representa a la oposición en la Ciudad de México desde la jefatura de Gobierno. Para muestra, el desprecio de Claudia Sheinbaum al programa Blindar BJ, de la alcaldía Benito Juárez, modelo que alcaldes de oposición han buscado replicar gracias a su éxito.
Pero para la jefa de Gobierno no hay cabida a proyectos exitosos que no tengan el sello de su partido, lo cual la dejaría sin un solo ejemplo, pues en todos ha fracasado.
Es tan exitoso el programa, que el propio secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, ha colaborado con la alcaldía para su implementación.
Es difícil estar de acuerdo en algo con Andrés Manuel López Obrador, pero esta vez ni cómo no estarlo cuando reconoce el trabajo de García Harfuch, a quien nosotros mismos le hemos reconocido y destacado su capacidad para coordinarse con la alcaldía BJ; su labor ha sido inobjetable.
Hoy veo una intención desde la oposición por superar momentos oscuros como el ataque a Sandra Cuevas, alcaldesa en la Cuauhtémoc.
Pero con una jefa de Gobierno obsesionada más allá de toda lógica y razón con el 2024, se antoja difícil que la polarización termine pronto, pasando factura a todos y cada uno de los habitantes de ciudad.
Columnista: Federico DöringImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0