Muristek
Sergio Pérez cerró un fantástico fin de semana con un segundo lugar en el Gran Premio de la Emilia Romagna. En la histórica pista en Imola, culminó dos días en los que siguió demostrando su capacidad al volante, así como lo compenetrado que está con su escudería y con su coequipero. El buen inicio de temporada es innegable, de no haber sido por una falla del auto en Baréin, y por algo de mala fortuna en Arabia Saudita, es factible, que llevaría cuatro podios hasta el momento.
Tras el resultado dominical, sigo notando algo curioso, recibí varios mensajes en mi cuenta de Twitter, en la que me echaban en cara lo poco que he apoyado a Checo, sin importar que ésa no es mi labor (la prensa nunca debe ser porra). Para bien o para mal, al elegir esta profesión, un periodista debe dejar atrás filias y fobias; el apoyo a los deportistas debe provenir de otras fuentes. El trabajo de la prensa consiste en analizar y después, sin pretender tener la verdad absoluta, dar una opinión, que cuando no es positiva, puede llegar a herir la susceptibilidad de los aficionados.
En mi caso, y quiero imaginar que en el de cualquier colega, siempre habrá felicidad si una mujer, un hombre o una selección de nuestro país triunfa, pero la crítica no debe estar ausente, si eso es lo que el comentario amerita. Los periodistas o analistas estamos para informar, cuestionar, investigar y opinar sin importar los colores; claro que esto debe ser hecho con mucha responsabilidad, acompañado de un análisis basado en el estudio del tema y, claro, de objetividad; si en algún momento, al hacer uso de esto, lo dicho no es favorecedor para el deportista en cuestión, eso no significa que uno sea malinchista.
Si un atleta es talentoso, generará expectativas, y cuando no las cumple, entonces hay que decirlo, que es exactamente lo que sucedió con Checo al inicio de la temporada pasada. Yo soy un creyente de su capacidad, de ahí que espero resultados como el que logró el domingo; cuando éstos no llegan debido a que él falló, como le sucede a cualquier piloto, se debe decir, aunque eso signifique ser antimexicano en la óptica de algunos.
Lo curioso es que esa manera de ver las cosas de ciertos fanáticos, no la aplican para todos los deportistas mexicanos. Si se trata de un futbolista en Europa que no está jugando bien, entonces esperan que la crítica sea mordaz y sin piedad, porque están “mimados”, y ahí no existe la percepción de malinchismo si el comentario es muy duro.
Es importante entender que todos nuestros representantes deben ser medidos de la misma forma; si en algún momento no cumplen con lo esperado de ellos, sin importar su disciplina, hay que cuestionar el porqué, y exponerlo sin miedo.
Nadie debe dejarse llevar por las emociones ni por un nacionalismo mal encauzado, y eso aplica, todavía en mayor medida, con la prensa.
Columnista: Juan Carlos VerazaImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0