Muristek
Llevo toda mi vida convencido de que el futbol fue, es y será de los jugadores, pero debo reconocer que la influencia de los entrenadores, que siempre le otorgué una importancia relativa, cada vez tiene más peso específico.
Evidentemente, la Premier se convirtió en un torneo más atractivo por la incorporación de grandes futbolistas, pero la revolución se produjo por la llegada de técnicos que marcaron un antes y un después en la competencia. Hace unos años era impensable que un City–Liverpool equiparara las expectativas de un Madrid–Barça, pero la presencia de Guardiola y Klopp lo han hecho posible.
La centralidad de Pep en la agenda mediática mundial no tiene precedentes. Todo lo que declara es desglosado quirúrgicamente y utilizado para generar polémica. Sus dichos sobre la virtudes del juego del Atlético de Simeone son el mejor ejemplo de ello. Es entendible, su influencia en el futbol actual es brutal y trasversal a todos los niveles. Su ascendencia no sólo se observa en la cantidad de equipos que intentan imitar su modelo de juego, sino también en aquellos entrenadores que apuestan por un futbol más directo y menos elaborado. Equipos con la intención de jugar en largo ahora también acercan los centrales para salir jugando con el objetivo de atraer rivales y provocar así espacios libres en zonas alejadas. Sus ideas han condicionado a propios y extraños.
Lo que logra Klopp con sus dirigidos también tiene un mérito tremendo. La presión alta que ejerció frente al City en el último partido daba claustrofobia sólo de verla por televisión: los ahogaron. Qué bien que juega el Liverpool y qué atractivo es de ver.
Extrañé el sábado aquellos que señalan como inteligentes a los entrenadores que, ganando, acumulan jugadores de corte defensivo en los últimos minutos, dando contenido a una de las grandes falacias que se repiten constantemente sobre el juego en los medios: “La supuesta sabiduría de algunos para cerrar partidos”. El estratega alemán, faltando unos minutos, quitó a Luis Díaz y Mané para dar entrada a Firmino y Diogo Jota, otros dos delanteros. ¿Y ahora qué dicen? Nada, miran para otro lado y elogian a Klopp sólo porque ganó.
Con apuestas futbolísticas audaces como las de Guardiola y Klopp se puede ganar o perder, pero son la única herramienta para afrontar el mayor desafío del futbol actual: generar un contenido atractivo que pueda competir en el exigente escenario donde ahora el deporte forma parte; la heterogénea industria del entretenimiento.
Columnista: Sebastián LuriImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0