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El extendido conformismo del mexicano


Link [2022-05-28 12:31:50]



Hay afirmaciones que se difunden como si fueran evidencias; es el caso de las autoridades cuando afirman que vivimos en paz.

Veo un texto del diario Reforma que muestra con textos y gráficas que “Matan a uno cada 15 minutos”. Inmediatamente pienso en la invasión rusa a Ucrania. Pero no, no es así. Esto pasa en mi país, México.

Sólo el pasado 22 de mayo supimos de 107 asesinatos; el lunes 69 balaceados y el día 24, hubo 118 muertos con violencia. Cierto, divididos en horas, vemos que, en efecto, cada cuarto de hora hay un homicidio.

Las opiniones dominantes emanan de personajes quienes debieran cumplir con el juramento básico de proteger la integridad y la vida de los gobernados.

¿Cuántas veces hay que repetir eso?, seguridad pública es lo que sustenta la idea, el credo y la razón de ser de cualquier Estado, no importa cuál sea el partido en el poder.

Vivimos distorsiones extremas que llegan a formar un abismo entre lo que sucede en el país real y el reino de las declaraciones gubernamentales.

La presión oculta, peligrosa y despreciativa logra acallar a quienes tienen una actitud investigadora y crítica. Así, ante hechos dramáticos, insólitos por su crueldad, por su reiterada frecuencia y lo que conlleva consigo, la impunidad, nuestros sentidos se anestesian, adquieren el tono de una especie de costumbre y entre nosotros nace y se desarrolla algo tan callado como vergonzoso: el conformismo.

No sólo de personas desprovistas de educación elemental, sino de sujetos con educación media y superior, los escucho decir que vamos bien.

No importa que hayan sido despedidos de sus trabajos debido a la austeridad republicana o bien que sean extorsionados por el derecho de piso o que acudan a una instancia de salud pública y se vean obligados a recorrer un laberinto de frustraciones para seguir padeciendo una enfermedad letal para sí mismos o sus familiares.

¿Cómo toleramos que los menos beneficiados padezcan todo tipo de limitaciones y que más de 51 millones carezcan de lo indispensable?

Si la ideología dominante es la de “la transformación”, el excluido potencial será tachado de conservador, retrógrado o lo que es casi sublime, como traidor a la patria. El desprecio, el ninguneo o la amenaza son las armas de una sórdida presión y la víctima pierde así parte de su dignidad y el reconocimiento ajeno. Hemos visto recientemente cómo se rechazan las leyes volviéndose quien así lo hace más fuerte y poderoso.

Obedecer a la referencia mayoritaria, sin importar si se tenga o carezca de razón, es dimitir al criterio propio. Vivimos en un universo de injusticia y el castigo mayor es aceptar la mentira gubernamental como religión verdadera y única. No sé si sea definitivo o, al menos durará una eternidad, recobrar o enderezar la distorsión de las coordenadas lógicas de una comunidad que aspiraba a un país, justo, armónico y, si se puede, desarrollado y alegre.

El error no está en las cosas, sino en su relación. La mentira constante y aceptarla es un fenómeno de desestructuración que consiste en aceptar la alteración de todas las relaciones para imponer y mantener las cabezas bajas y sin valores comunes a todos.

Vivimos un espectáculo de horror y eso no es una construcción social, es el reino de la conformidad.

Columnista: Raúl CremouxImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0

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