Muristek
ENRIQUE SÁNCHEZ
Médicos cubanos, considerados “desertores” por haber abandonado las misiones organizadas por el gobierno de La Habana, revelaron algunas de las medidas a que están sujetos cuando viajan a otro país.
Osvaldo Tamayo, médico internista que hoy radica en Ecuador, pero antes participó en misiones de salud en Haití y Argelia, contó que tienen prohibido llevar sus títulos o constancias de estudio y al llegar a la sede de la misión son despojados de sus pasaportes para evitar que huyan o pidan asilo.
También, firman un contrato para un pago que es apenas de 20% de lo que paga el país receptor y ellos no lo reciben completo.
“Al llegar a Haití en el mismo aeropuerto enseguida se identifica el funcionario de la misión médica que se encarga de quitarnos el pasaporte, ahí nos convertimos en perfectos indocumentados.
“En ese país cobramos alrededor del equivalente a 300 dólares americanos, aunque no completo porque una parte de ese dinero va a ser depositado en Cuba en forma de una cuenta congelada, como se le conoce muy popularmente en el gremio médico; esa cuenta se congela y te la descongelan una vez que cumples la misión, es decir, si te conviertes en un desertor perdiste ese dinero y tu esposa y tus hijas en Cuba tampoco tienen derecho a extraerlo del banco”.
El doctor Tamayo aprovechó en 2015 que el gobierno de Raúl Castro por acuerdo con Estados Unidos flexibilizó la ley que impedía a los connacionales salir de la isla para buscar asilo en Ecuador junto a su familia, desde donde se trasladó a nuestro país para participar en esta denuncia colectiva, en la que aprovechó para dar un consejo a sus colegas del programa cubano.
“En lo personal a los médicos que salgan de Cuba con la intención de practicar les pido encarecidamente que traten de salir con todos sus títulos legalizados, eso sí y perder el miedo, pero tratar de salir con sus títulos legalizados, de lo contrario es muy difícil vencer la precariedad”, recomendó el médico.
Otro caso es el del siquiatra Emilio Arteaga, quien desde España comentó que participó en tres misiones: en Bolivia (2008-2010), Angola (2013-2015) y Namibia (2019), donde escapó para buscar refugio en Europa.
“Yo sentía que no era éticamente coherente conmigo mismo, formaba parte de algo que en el fondo era una trata y una esclavitud moderna, pero además de que te usan desde el punto de vista político para también de alguna forma hacer proselitismo político y eso me asqueaba”.
Agregó que cuando estaba en Namibia hizo uso de redes sociales para contar su experiencia, lo que derivó en un hostigamiento de los funcionarios responsables de la misión y del propio gobierno africano.
Durante la conferencia organizada por la Fundación Internacional para la Libertad y Prisoners Defenders en una sede que tuvo que cambiar de última hora, debido a la amenaza de simpatizantes cubanos e integrantes del llamado Partido Comunista de México, que al final se presentaron para gritar consignas a favor del régimen cubano, pero no pasaron de la entrada del hotel capitalino, participó desde Brasil la doctora Idalma Leyva, quien también desertó de estas misiones, y hoy enfrenta consecuencias como la de no poder regresar en un plazo de 8 años a la isla.
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