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De lo imperfecto (X) reflexión...


Link [2022-06-01 12:57:44]



 

Existe al menos un rincón del universo que, con

toda seguridad, puedes mejorar, y eres tú mismo.

Aldous Huxley

 

Nos han hecho creer que la perfección es una virtud, cuando en realidad es una debilidad común de los seres humanos. Nadie es perfecto. Podemos trabajar arduamente en ser mejores cada día, superarnos a nosotros mismos, podemos ser mejores personas, tomar mejores decisiones, ser más felices, y cambiar y transformarnos todas las veces que sea necesario para alcanzar el máximo potencial de lo que cada uno es.

Sí, de lo que cada uno es no todos tenemos las mismas habilidades, destrezas, actitudes o herramientas en la vida; tampoco tenemos las mismas historias y, aun teniéndolas, no las procesamos de igual manera.

Cada ser humano es único y perfecto en sí mismo. Lo que nos determina en la vida son las elecciones y las acciones que llevemos a cabo, nada nos condena ni nos somete si aprendemos a no permitirlo. La perfección nos es impuesta o se adquiere voluntariamente por un sinfín de razones. Casi siempre el miedo, la necesidad de ser admirados, aceptados, queridos o reconocidos, aunado a una profunda des- valorización personal. Eso es lo que nos hace exigirnos hasta al punto de fallarnos, en función de un ideal inalcanzable.

Las evidencias muestran que las conductas que genera el perfeccionismo tienen consecuencias negativas para la salud mental de quienes lo padecen. Es importante que todos podamos reformular nuestras ideas y pensamientos de forma continua para adaptarnos a las circunstancias y a las diferentes etapas de la vida. El perfeccionista o todos aquellos que coquetean con la idea o pretenden serlo, habrán de considerar también las consecuencias de esa inflexibilidad en su vida, porque el nivel de exigencia que se impongan, será siempre generador de patrones de pensamiento y toma de decisiones negativas para su sano desempeño.

Por eso hoy lo invito a amarse y a respetarse, reconozca su valía y la perfección imperfecta de su ser, usted no tiene que cumplir las expectativas de nadie, sólo las suyas. Quien le exija ser lo que no es, en contra de lo que usted considera que es su bienestar, no lo ama, no lo suma y no lo merece. Por eso es tan importante que usted se conozca a sí mismo y sea capaz de cuestionarse, llenar sus propios vacíos, superar sus pérdidas, reivindicarse de sus errores, practicar la resiliencia, cuidar de usted, acompañarse, reconfortarse, contenerse... reírse, celebrarse y amarse sobre todas las cosas. La relación más importante que va a tener en su vida es con usted mismo, así que aprenda a dialogar de frente, sin engaños, y con toda la paciencia y comprensión que le sea posible, porque en la medida que sepa respetarse y ser feliz, será en la medida que pueda, también, respetar a los demás y hacerlos felices.

Créame, nadie está obligado a querernos ni a aceptarnos ni a admirarnos, a veces vamos a triunfar y otras veces fracasaremos; los fallos no siempre son derrotas, por el contrario, son elementos para superar.

Lo bueno y lo malo siempre tienen matices interesantes, vale la pena aceptarlos como válidos, también, la flexibilidad mental nos ayuda infinitamente para adaptarnos a nuestros propios cambios y a todo lo que nos rodea. La libertad es una experiencia personal y cada quién la vive a su manera, no somos nadie ni tampoco nadie puede decirnos cómo debemos de proceder. Ahora bien, hay que ser responsables con esa libertad y con el dominio de nuestra independencia, nuestra mente y nuestras emociones; ése es el precio de la libertad... la autonomía.

No se confunda, la perfección no es una virtud, es una debilidad propia, originada por un sistema de creencias personales, familiares, sociales, políticas, religiosas y también comerciales... no se deje engañar; tiene que ser más fuerte que todo eso y tener la humildad de cuestionarse aquellos pensamientos que no le hacen bien y que son infértiles en el terreno de su evolución.

La vida no es fácil para nadie, pero resulta aún más complicada para todos aquellos que no ejercen el poder sobre su vida o, bien, insisten en ceder ese poder a alguien más o por ser complacientes con el entorno.

La única competencia que existe, el único parámetro de mejora y de éxito es con uno mismo, superar a alguien más es competir por superar los ideales de otro, no de uno mismo. Por eso es tan importante saber quiénes somos, qué queremos y cómo lo queremos trabajando enfocados en esos deseos, sí podemos superarnos y mejorar –de eso no me cabe duda–, pero que esa búsqueda de perfección esté alineada a nuestra esencia, a esa mejor versión de lo que somos y de acuerdo con los parámetros que cada uno se plantee a favor, insisto, a favor de su vida, de la realidad y de su felicidad y sus ilusiones. Como siempre, usted elige.

¡Felices imperfecciones, felices vidas!

 

Columnista: Paola Domínguez BoullosaImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0

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