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De lo imperfecto (IV): seriedad


Link [2022-04-20 13:34:18]



                De todas las formas de engañar a los demás,                la pose de seriedad es la que hace más estragos.

           Santiago Rusiñol y Prats

 

La RAE define seriedad como cualidad de serio, a su vez, define serio como grave y compuesto en las acciones y en el modo de proceder, severo en el semblante, en el modo de mirar o hablar; real, verdadero y sincero, sin engaño, burla o doblez, también como importante o de consideración.

La seriedad expresa, por lo general, la falta de alegría de una persona y, por otro lado, la responsabilidad hacia algo. La perfección exige un proceder de seriedad, como si ese proceder se mimetizarse con la responsabilidad y no es así. Hay muchas personas de actitud seria que no son serios en su proceder ni en sus palabras ni en sus acuerdos. Ni siquiera son responsables con ellos mismos ni tampoco con su entorno. Un error más de la percepción arraigada de lo que es ser perfecto, de lo que debe ser o de lo que es correcto.

El semblante de seriedad permanente en un ser humano no denota más que una falta de optimismo vital, de desconfianza, de timidez, personas reservadas, poco extrovertidas y casi siempre inclinadas al pesimismo en cualquiera de sus formas (tristeza, melancolía, nostalgia, amargura, entre otras) de este común denominador queda fuera el que manifiesta un gesto facial de seriedad por alguna situación temporal. Todos tenemos derecho de sentir, unos días más que otros, las circunstancias. La permanencia de este semblante es lo que confunde, lo que equivocadamente se cree que es positivo para el profesionalismo o la actitud responsable.

La seriedad permanente, esa arraigada, compleja, invasiva, incoherente, severa e inflexible, no resulta ser más que un parapeto, un secuestro a la felicidad personal, un boicot ante la aceptación de la parte sencilla y maravillosa de la vida, una negación a uno mismo a sentir placer, pasión, a emocionarse, a reír a carcajadas, a bailar al son que la vida toque, a disfrutar de uno mismo y de las experiencias y oportunidades que ya se han vivido y las que quedan por vivir.

La actitud de seriedad y de severidad nada tiene que ver con los valores humanos de la honestidad, la verdad, la responsabilidad, la justicia, la confianza… que nadie le confunda. La seriedad en la palabra, en los acuerdos, en la formalidad, en la sensibilidad y en el respeto hacia los demás no está ahí, nada tiene que ver con caras largas ni con actitudes soberbias. La seriedad y la severidad es sólo el reflejo de la frustración de quien ha decidido no evolucionar, no transformarse, es el reflejo de quien ha decidido quedarse con los daños de su vida, quien ha elegido las opiniones de los demás sobre el derecho de decidir sobre sí mismo, son todas esas personas que han permitido que las circunstancias negativas de sus vidas tengan más peso que los buenos momentos.

Y cada quien es libre de elegir cómo escribe su historia y con qué de ella se queda, al final, la vida… la buena vida, es sólo para valientes, para los que tienen la capacidad de aprender de sus errores, de cuestionarse lo que les han dicho que son, para quienes se han puesto a sí mismos a prueba; para todos aquellos que han elegido el lado positivo de la vida, para los que están cansados y aburridos de seguir viviendo a medias, para quienes han aprendido a amarse profundamente, a llevarse bien con uno mismo, para los que pueden caer, sacudirse y levantarse cada vez más ligeros… para quienes han decidido tomarse la vida en serio con los brazos abiertos, mirando de frente, con la cabeza en alto, para los que tiene muchas más razones para agradecer que para quejarse… para quienes siguen librando batallas a favor de la vida que desean, para quienes se han elegido una y mil veces sin miedo, para quienes deciden poner buena cara…

La seriedad es para quien no ha aprendido a valorar la vida. Créame, tomarse la vida en serio es valorarla, amarla, respetarla y disfrutarla al máximo.

Por eso hoy le invito a sonreír, a quedarse con lo positivo, a abrazar la vida, a superar su pasado, a vivir su presente, a fluir ante su futuro, a dejar de banalizar lo que en realidad importa, tómese en serio ser feliz y ser responsable de usted y de crear ese entorno para su vida. Como siempre, usted elige…

¡Felices imperfecciones, felices vidas!

Columnista: Paola Domínguez BoullosaImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0

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