Muristek
Sobre la mesa quedan muchas reflexiones de las elecciones de 2018.
El resurgimiento de un partido hegemónico encabezado por un Presidente autoritario y arbitrario recuerda las épocas más oscuras del país, sin embargo, es la comedia de que Morena trajo a nuestra vida actual democracia y civilidad.
Sin embargo, es esa misma soberbia la que se convierte en la propia desventaja de Andrés Manuel López Obrador y todos sus “borregos”.
Están tan seguros del piso en el que hoy están parados que no construyen en el que se atajarán mañana.
Mientras se engañan con sus propias mentiras y construyen un país que eventualmente les pasará factura, al mismo tiempo se abre la oportunidad de un cambio de raíz, la verdadera transformación que se convirtió en su bandera y estandarte de guerra, una que, así como los llevó al poder, los sepultará en los anales de la historia como un partido fugaz y efímero.
Este fin de semana se instaló el Frente Cívico Nacional, capítulo Ciudad de México.
Un movimiento que, al mismo tiempo que agrupa a partidos de oposición, también abraza a la participación ciudadana como elemento de cambio. Si algo nos queda claro es que sin la participación de los ciudadanos, los partidos tenemos el tiempo contado.
Como movimiento, tenemos claro que la construcción de las candidaturas de cara a 2024 no puede edificarse bajo el burdo y clásico reparto partidista con porcentajes de re- presentación, sino que se edificará bajo un método plural, garantizando no sólo la diversidad, sino un gobierno con raíces ciudadanas.
El ejercicio de 2021 fue exitoso, demostró a ciudadanos y a Morena que no cuentan con el respaldo que ellos alardean tener.
Les enseñó que, sobre todo, la Ciudad de México y sus habitantes estamos hartos de ellos y de sus ineficiencias; cansados de una jefa de Gobierno ausente y absorta en sí misma.
Y no es para menos. Estamos hartos de una mandataria que dejó de serlo hace meses.
Desde que el Presidente la destapó como una de sus “corcholatas” favoritas, a Claudia Sheinbaum se le nubló la vista y sus aspiraciones están enfocadas a la silla presidencial.
Se convirtió en una jefa de Gobierno en campaña –por cierto, la más larga que he visto en años– recorriendo el país para construir su candidatura a la Presidencia en 2024.
A Sheinbaum ya no le interesa la Ciudad de México, mucho menos sus habitantes. Ya lo dije antes y lo sostengo: es una jefa de Gobierno desaparecida, hay inundaciones, contingencias ambientales, protege a políticos responsables de tragedias y accidentes, con homicidios e inseguridad, y ella solamente aparece en las fotos de su gira nacional.
El Frente Cívico Nacional es la antítesis de Sheinbaum Pardo. Es la manifestación de la agenda ciudadana y social.
Si bien con la participación de los partidos de oposición, su espectro es más amplio que eso, pues se garantizarán perfiles adecuados a la candidatura, y no por reparto de cuotas.
Ayer nació el nuevo rostro de la Ciudad de México, y la alianza para su reconstrucción.Columnista: Federico DöringImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0