En el marco de la novena Cumbre de las Américas, proyectada para realizarse del 6 al 10 de junio del presente año en la ciudad de Los Ángeles, California, Estados Unidos, en la prospectiva de construir un futuro sostenible, resiliente y equitativo, en este contexto, la realidad pandémica de covid-19 a nivel global y continental ha dejado un alud de incertidumbres en el contexto de la salud, de la economía, de lo político y lo social, con escasos márgenes de solución ante la inflación y, en algunos casos, estanflación globalizada que afectan a la mayor parte de los mil 100 millones de habitantes que, de acuerdo con estimaciones, poblamos el continente americano.
Uno de los ejes es el relativo a la salud y resiliencia en las Américas que tendrá que analizarse con base en un diagnóstico realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que determina que los problemas de las enfermedades no transmisibles son causas centrales de morbilidad y mortalidad prematura.
En algunos de nuestros países hay niveles de inactividad física, que llegan a 70 por ciento, uno de cada cuatro adultos y tres de cada cuatro adolescentes no tienen ninguna actividad física, al ser las niñas, las mujeres, los adultos mayores y los grupos más vulnerables el principal porcentaje, el costo mundial de la inactividad física es de más de 54 mil millones de dólares anuales, el índice de adicciones a drogas legales e ilegales se ha disparado; la deserción escolar y la violencia familiar y social aquejan a todos los países de esta masa continental, ante éstos y muchos más argumentos, me permito compartir algunas propuestas relativas a reconocer en el deporte y en la cultura física una herramienta poderosa para pasar de la resiliencia al cumplimiento de objetivos comunes:
a) Proteger los recursos públicos que se destinan a la promoción y fomento del deporte y la cultura física, así como gestionar la participación del sector privado para atender la demanda social del deporte convencional y adaptado (olímpico, paralímpico y especial).
b) Diseñar, impulsar y fortalecer las políticas públicas que articulen la transversalización del deporte con la salud, seguridad pública, educación, economía, cohesión social, paz y con el medio ambiente.
c) Contribuir a los objetivos y metas mundiales de la actividad física para disminuir el sedentarismo y la incidencia de las enfermedades crónicas no transmisibles, reduciendo la mortalidad prematura con acciones de prevención para el autocuidado de la salud individual, familiar y social, enfatizando la prevención de adicciones.
d) Interrumpir el ciclo intergeneracional de la pobreza reivindicando el poder del deporte como herramienta que permita elevar la calidad y esperanza de vida, desde el desarrollo infantil y estimulación temprana, y durante la línea de vida de las personas.
e) Mitigar los movimientos migratorios a través del deporte y la cultura física para favorecer el reconocimiento social y el sentido de pertenencia, ya que al ser parte de un equipo, se es parte de una comunidad, así como herramienta en la prevención del delito.
f) Creación del observatorio de las Américas para el deporte y la cultura física, enfocado en buscar que se garantice el derecho humano y el acceso universal (Deporte para Todos) en las diversas expresiones y que preponderantemente incluyan a niñas y mujeres.
El potencial del deporte para todos es en sí un gran capital para el futuro inmediato de la comunidad americana.
Columnista: Daniel Aceves VillagránImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 02024-09-21 17:47:43