El próximo domingo las y los ciudadanos de seis estados de nuestro país podrán acudir a las urnas para elegir gobernador o gobernadora, y lo que está en juego en el tablero político nacional es la consolidación de Morena como primera fuerza política versus la capacidad de la alianza conformada por el PRI, el PAN y el PRD de contrarrestar el avance morenista por el territorio nacional, al tiempo que Movimiento Ciudadano apuesta por sí mismo en una estrategia de crecimiento, quizás pausado, pero seguro.
El mapa político de las gubernaturas en México ha cambiado drásticamente en los últimos tres años y el partido más damnificado ha sido el PRI, que pasó de gobernar 18 estados a hacerlo en solo cinco, seguido por el PAN que perdió cuatro entidades para gobernar siete en la actualidad, y el PRD perdió el único gobierno estatal que encabezaba, todos ellos cediendo paso a Morena, Movimiento Ciudadano y el Partido Verde Ecologista de México.
De actualizarse las predicciones de las encuestas, las elecciones del próximo domingo significarían una merma para la oposición que dejaría de gobernar en Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, para retener Aguascalientes y, en una reñida competencia, Durango. Si es el caso, Morena pasaría de gobernar diecisiete a veintiún estados en el cuarto año de la administración del presidente López Obrador.
Más allá de la capacidad, experiencia y talento de las y los candidatos de la oposición, el telón de fondo de estas elecciones es un Presidente que, aunque ha dejado mucho que desear en cuanto a resultados de gobierno, sigue estando muy bien calificado.
La alianza opositora logró en las elecciones federales de 2021 algo de enorme valor para cualquier democracia: volver a hacer del Poder Legislativo un contrapeso al Poder Ejecutivo para que, al menos —que, en este caso, es más—, no se pueda modificar la Constitución si no existe acuerdo con la oposición. Lo anterior fue posible debido al sistema de representación proporcional que garantiza que los ciudadanos de los distritos que optaron por una opción política distinta a la de la mayoría tengan una voz en el Congreso, esto no ocurre en las gubernaturas o presidencias municipales, donde sólo uno, el que obtiene la mayoría de los votos, accede al poder.
Creo que en la elección federal de 2024 para renovar el Senado de la República y la Cámara de Diputados tendremos un escenario similar en el que el partido mayoritario no obtenga la mayoría calificada, incluso pudiera perder la mayoría absoluta en las Cámaras debido, insisto, a la representación proporcional, pero el que Morena incremente su número de gubernaturas el próximo domingo haría más complicada para la oposición la contienda por la Presidencia de la República.
De ganar cuatro de seis gubernaturas, Morena podría sentirse satisfecho de la jornada y animado de cara a las siguientes elecciones, y la oposición tendría que hacer una revisión a fondo de su estrategia no frente a Morena y al Presidente, sino frente a la ciudadanía. Esto sería crucial de cara a la siguiente importante parada en 2023: las elecciones de Coahuila y el Estado de México.
Esperemos que la jornada del domingo transcurra en paz y sin incidentes y, sobre todo, que quienes resulten electos se apliquen a atender y resolver las muchas y complejas demandas de las y los ciudadanos.
*Politóloga e internacionalista.
Expresidenta de la Cámara de Diputados
Columnista: Laura RojasImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 02024-11-11 00:17:55