Muristek
Desde nuestras infancias escuchamos eso de “primero los niños y las mujeres”. Ahora, la ley afirma “el interés superior de la infancia”. Ambas consignas, lejos, lejísimos de la realidad mexicana. Y como me dijo una amiga; “después de niños y mujeres, gritan, ¡sálvese quien pueda y atropellan a niños y mujeres!”. Así parece que sucede con las prioridades nacionales.
El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) de la Secretaría de Gobernación, en el informe del 11 de abril de este año, dice que, “cada día, 14 personas de entre 0 y 17 años se reportaron desaparecidas, no localizadas o localizadas durante 2021. Desde que se tiene registro, 82,328 niñas, niños y adolescentes han sido reportadas en esta situación, y una de cada cinco de estas personas continuaban desaparecidas o no localizadas hasta el 11 de abril de 2022 (16,378 en total)”. https://blog.derechosinfancia.org.mx/2022/04/11/ninez-y-adolescencia-des...
La inseguridad invade todos los espacios. La desconfianza es, quizá, la única defensa. Trágico y terrorífico. Un tejido social fragilizado, y muchas otras lamentaciones podemos escribir, pero eso no devuelve a niñas y niños a sus hogares. Sabemos que muchas y muchos ni ahí están seguros, pero, al menos, conocen el ambiente y aprenden a manejarse con mayor o menor éxito. El maltrato infantil en una sociedad que parece haber extraviado la brújula.
Esos huecos deshilvanados, esa muchas veces irreparable pérdida, esos dolores profundos quedan en la desesperanza, en el desamparo, pues, desde el poder, las personitas, mexicanitas y mexicanitos, no importan. Aunque lo reporten expertos independientes que supervisan la aplicación de la Convención Internacional para la Protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas por sus Estados Partes, de Naciones Unidas.
Impresionante, la descripción de las condiciones mínimas para una política eficaz en el tema. Lo primero: “Aunque el discurso prevalente en círculos oficiales tiende a negar o diluir la responsabilidad del Estado, parte alegando que la mayoría de las desapariciones son perpetradas por particulares, principalmente vinculados a la delincuencia organizada, el Comité ha recibido otras muchas alegaciones que insisten en la responsabilidad directa o indirecta del Estado, teniendo en cuenta los patrones de desapariciones que se producen en el país. En unos casos, se refieren al involucramiento directo de los servidores públicos, basándose en elementos probatorios contundentes como fotos, testimonios o videos. En otros, a la inacción de las autoridades y funcionarios ante la existencia de riesgos conocidos”.
Reconocer el problema y no salirse con la desgastada fórmula de “es el crimen organizado”. Aunque así fuera, el Estado tiene la obligación de cuidar a todas y todos y, mucho más, a las pequeñas y pequeños. Hay que construir otras estructuras y otros modos para hacer el trabajo, pero, antes, apuntarlo como prioridad nacional.
Los expertos mencionaron que no hay reglamento publicado de la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda, y que casi todos los estados carecen de una política pública para ello. Por supuesto, hacen falta recursos de todo tipo, incluidos los económicos. ¿No sería mejor que en vez de gastar en fiestas y regalos para “el Día del Niño”, funcionarios, legisladores, gobernadores y la Secretaría de Hacienda hicieran su trabajo en este muy doloroso asunto? Cualquier chiquilla o chiquillo coincidirían en que es mucho más importante cuidar la vida y prevenir la desaparición de niñas, niños, que dar vueltas en un carrusel 15 minutos, una vez al año. Y, también, para garantizarles un mejor futuro, cuidemos al INE.
Columnista: Clara SchererImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0