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Entre el rito y el legado: inquieta el deterioro en bóvedas


Link [2022-06-12 12:53:11]



Crece la preocupación por el estado de muchas bóvedas del Cementerio local porque su avanzado deterioro desdibuja la riqueza patrimonial que tuvieron cuando se levantaron para albergar los restos de personalidades vinculadas a la historia de la capital bonaerense. La guía de turismo Cristina Espinoza, quien organiza visitas guiadas a la necrópolis, evaluó que alrededor de 30 bóvedas están severamente comprometidas, “son las familias las que se deben hacer cargo del mantenimiento para que no se pierdan esos espacios que son muy valiosos”, sostuvo.

El Cementerio, fue habilitado en 1887 para reemplazar al antiguo cementerio de Tolosa y se desarrolla entre las calle 131, 135, 137, 72, 74 y 76. Su trazado, galería de nichos y pórtico de acceso fueron diseñados por el ingeniero Pedro Benoit.

El Cementerio platense cuenta con alrededor de 3.000 bóvedas, que son espacios que se compran a perpetuidad por 99 años. Según se aclaró desde la Municipalidad, el mantenimiento de esas construcciones es responsabilidad directa y exclusiva de sus propietarios.

No obstante, se reconoció que el deterioro de esos espacios se profundizó durante la pandemia por Covid-19, cuando las visitas y la circulación estaban restringidas.

De acuerdo a lo que se informó desde el Municipio, en la actualidad se están venciendo algunos de esos plazos, por lo que se está trabajando en el proceso legal. En ese marco, se preparan las notificaciones correspondientes a las familias propietarias y / o familiares.

Entre los monumentos más vistosos se encuentran la bóveda de Victorio Berisso, las bóvedas de las familias Salza, Trebucco y Pagés (en estilo egipcio), las tumbas de Almafuerte y “Pepe” Podestá, el cenotafio en recuerdo de los caídos el 9 de junio de 1956, y la muy ornamentada bóveda comunal de la Societá Unione y Fratellanza.

En el centro del casco del cementerio se encuentran los restos de Florentino Ameghino, cuyo sepulcro es el único del cementerio que fue declarado como Lugar de Interés Histórico por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, a través del Decreto 2755 del 31 de diciembre de 1980.​

En 1996 la Municipalidad de La Plata, junto a organismos defensores de los derechos humanos, inauguró en el sector M de bóvedas el Monumento a los Desaparecidos y No Identificados. En 2010, también se erigió en el ingreso al cementerio un mausoleo destinado a los desaparecidos identificados.

Entre las organizaciones que poseen bóvedas comunales están el Panteón Naval; el de la Asociación de Maestros; Círculo de Periodistas; Sociedad de Socorros Mutuos de Policía; Servicio Penitenciario; Personal del Ejército; La Protectora S.S.M.; Sociedad Tipográfica; Sociedad Unione e Fratellanza y Sociedad Unione Operai Italiani. A su vez existen panteones de nichos pertenecientes a la Curia Platense, conocidos como Panteones del Clero.

Pero mucha de la riqueza arquitectónica se está desvaneciendo como reconocen decenas de vecinos que periódicamente visitan ese espacio y como remarcó en las últimas horas Cristina Espinoza, quien desde hace años estudió cada espacio y se especializó en arte funerario.

“A la hora que se vaya al Cementerio hay gente limpiando, hay preocupación por mantener el lugar, pero las personas a cargo de las bóvedas se desentienden de su mantenimiento, pese a que se le envía notificaciones sugiriendo cómo se pueden resolver los problemas”, explicó Espinoza.

Familiares

La guía consignó que fue testigo de cómo hay familiares que se echan las culpas por el estado de abandono de las construcciones donde se encuentran sus muertos, pero nadie se hace cargo.

“La gente del Cementerio no se puede meter en espacios que son privados y hasta tienen escrituras, pero es imperioso que se haga algo, empezar a trabajar en la restauración de ciertas bóvedas de mármol que están muy sucias u otras de muchas años que están partidas por las semillas que les caen y luego se transforman en plantas”, explicó la especialista.

No obstante, se reconoció que en la puesta en valor deben participar personas que estén capacitadas para restaurar espacios de gran valor histórico.

Otro de los problemas se da porque muchas bóvedas ya no cuentan con herederos que vivan en la Ciudad y se hagan cargo.

“Es lamentable el estado en el que se encuentra el obelisco en el que están los restos de Emilio Coutaret, quien diseñó el altar de la Catedral, el edificio del Jockey Club, la Escuela de Bellas Artes e inició la primera escuela de dibujo de La Plata”, agregó Espinoza.

El caso de Coutaret es similar al de otras personalidades. Tuvo descendencia que se fue a vivir a otra provincia. Al parecer, aquí solo queda una bóveda erigida en 1911.

“Ese lugar hay que limpiarlo con materiales especiales”, apuntó la guía y agregó en la lista de las que requieren una urgente intervención también está la bóveda del doctor Noel Sbarra, creador de la Casa Cuna, y la del poeta Francisco López Merino, en la que también descansan los restos de su padre y de su cuñado, el escritor y periodista Emilio Calvo. Esta bóveda tiene la puerta totalmente rota, se indicó.

“Lucho para que se reconozcan a las personalidades, eso es parte de la historia local, las bóvedas son imponentes museos a cielo abierto, hechas por importantes escultores; sin embargo hay entre 20 y 30 que están casi destruidas, en muy malas condiciones”, concluyó Espinoza.



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