Muristek
La Justicia federal realizó ayer una inspección en el avión retenido en Ezeiza y retiró su caja negra para analizarla, según confirmaron fuentes con acceso al expediente.
“La caja negra se va a retirar y analizar. Será útil para escuchar los últimos diálogos dentro de la cabina”, aseguró un experto aeronáutico.
Aunque el expediente judicial permanece bajo secreto de sumario, trascendió también que tanto el juez como la fiscal Cecilia Incardona solicitaron información a agencias extranjeras para dilucidar qué tipo de sanción pesa sobre el Boeing 747 de la empresa venezolana Emtrasur, en la mira del gobierno de Estados Unidos por su vínculo con una aerolínea iraní presuntamente relacionada con actividades terroristas. La información judicial habría sido solicitada a la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos (por las sanciones comerciales que pesarían sobre la aeronave) y al FBI.
Por otro lado, los investigadores aguardan los informes encargados a la Policía Federal y a la Policía de la ciudad de Buenos Aires en relación a los teléfonos celulares y los dispositivos electrónicos secuestrados a los 14 venezolanos y 5 iraníes que aterrizaron la semana pasada en la Argentina, donde permanecen retenidos y con la prohibición de salir del país.
COMUNICADOS DE ISRAEL Y EE UU
A la espera de novedades judiciales, el embajador de Estados Unidos en Argentina, Marc Stanley, admitió ayer que desde Washington siguen “con gran interés las investigaciones judiciales y policiales de la tripulación y el avión” a la par que agradecieron “los esfuerzos de las autoridades argentinas para esclarecer la situación”.
Fue poco después de que la Embajada de Israel en Buenos Aires emitiera un duro comunicado para expresar su preocupación por el vuelo de la empresa venezolana Emtrasur.
Como se dijo, a bordo de la aeronave retenida en Ezeiza llegaron al país 14 venezolanos (entre ellos un militar que habría participado de los golpes de 1992 para liberar a Hugo Chávez) y cinco iraníes, algunos de los cuales tendrían vínculos con la Guardia Revolucionaria Islámica y su brazo armado, las fuerzas Quds. Por esto tramitan en la Justicia un expediente iniciado por la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) y legisladores opositores.
En ese sentido, la Embajada de Israel dio a conocer su inquietud por el Boeing 747 que arribó al país y que era utilizado por la empresa iraní Mahan Air para trasladar a “un grupo de funcionarios iraníes, entre los que se encontraba un alto ejecutivo de la empresa aérea persa Qeshm Fars Air”. Una referencia indirecta al piloto de la aeronave, Gholamreza Ghasemi Abbas, cuyo nombre coincide además con el de un exoficial de la Guardia Revolucionaria Iraní.
En este contexto es que el Estado de Israel se mostró “particularmente preocupado por la actividad de las compañías aéreas iraníes Mahan Air y Qeshm Fars Air en América Latina, empresas que se dedican al tráfico de armamento y al traslado de personas y equipos que operan para la Fuerza Quds, las cuales están sancionadas por Estados Unidos por estar involucradas en actividades terroristas”.
En tanto, desde la Embajada israelita resaltaron que “la postura firme de Argentina constituye un mensaje importante a Teherán para que no vuelva a intentar actuar en suelo argentino ni en ningún otro país de la región” y reconocieron “el accionar rápido, efectivo y firme de las fuerzas de seguridad argentinas que identificaron en tiempo real la amenaza potencial de la aeronave”.