Muristek
A 40 años de Malvinas, la Región volvió a estar cerca, como pocas veces, del campo de batalla, con las emociones cruzadas que genera la guerra. En el programa de actividades de conmemoración que se vienen realizando desde el 2 de abril, cuando se dio inicio a la contienda bélica, en 1982, se realizó ayer una nueva recreación de la batalla de Monte Longdon, una de las más significativas en aquellos meses.
En abril, otro capítulo de la recordación se constituyó con la marcha de las antorchas, donde veteranos, soldados y familiares unieron el portal de acceso a la exsede del regimiento -en la actual Plaza Malvinas- y el predio de Arana.
Son 13 kilómetros, la misma distancia que caminaron aquellos soldados desde el aeropuerto en las Islas hasta donde se instalaron para luchar.
En las últimas semanas también se colocaron varias marcas urbanas en la Ciudad que indican la distancia exacta con las Islas Malvinas.
Como es ya una tradición, el estruendo de las balas sacudió el ambiente en el “Campo de la Gloria”, un sector del Regimiento de Infantería 7 “Coronel Conde” que recuerda a los combatientes de Malvinas.
Todo ocurre en el inicio temprano de la noche otoñal de la base militar situada en la localidad de Arana, al sur de la Ciudad.
El simulacro se desarrolla con rigor histórico acerca del desarrollo del combates, bautismo de fuego de la unidad, a la postre, la de mayor cantidad de bajas en el Ejército.
Con sentido de homenaje y de divulgación, la puesta permite la presencia de civiles.
Entre las explosiones y gritos va ganando la emoción para centenares de personas, entre invitados, representantes de distintas fuerzas militares y de seguridad, autoridades eclesiásticas y políticas, veteranos de guerra y familiares de soldados.
Todo empieza con la banda del Regimiento “Coronel Conde” y un grupo de soldados portando antorchas.
La bandera
Puede verse luego a los veteranos de guerra, llevando la bandera argentina que escondieron entre sus ropas para burlar la requisa británica tras la rendición en Malvinas.
Ante ellos, el marco de los robles que recuerdan a los efectivos caídos.
La batalla de Monte Longdon es probablemente la más encarnizada de todas las que se pelearon en Malvinas. Encontró a los soldados del Regimiento 7 agotados, después de más de dos meses de luchar contra fríos bajo cero y carencia de alimentos.
Tres días de bombardeos navales “de ablande”, precedieron al combate. Se peleó de noche, durante nueve horas.
Los argentinos no se rindieron hasta quedar diezmados. Antes, opusieron resistencia cuerpo a cuerpo, con sus bayonetas. Fue el choque más feroz y sangriento de la guerra, llevándose la vida de 36 argentinos y 23 ingleses y dejando en total casi 200 heridos.